En los campos del norte peruano, la tierra cobra vida gracias al esfuerzo diario de miles de mujeres y hombres campesinos. Con cada semilla que siembran, están cultivando no solo alimento, sino también futuro, estabilidad y bienestar para sus familias y comunidades.
Desde PROGRESO, acompañamos a estas familias en la implementación de prácticas sostenibles, mejorando la productividad, el acceso al agua y la gestión del suelo. A través de proyectos integrales, promovemos la diversificación de cultivos, el uso de abonos orgánicos y sistemas de riego tecnificado, con enfoque de género y participación comunitaria.
La seguridad alimentaria no se trata solo de tener alimentos en la mesa, sino de asegurar que estos sean nutritivos, accesibles y producidos de manera sostenible. Por eso, cada acción en el campo —desde preparar la tierra hasta cosechar— es un acto de resistencia frente a la inseguridad, el cambio climático y la desigualdad.
“Manos que cultivan el futuro” es una mirada a ese esfuerzo cotidiano que no siempre se ve, pero que sostiene al país. En PROGRESO, creemos que la dignidad del campo empieza por reconocer el valor de quienes lo trabajan.









